•Vendedores fueron concienciados, pero
insisten en vender en la vía pública.
•Operativo inopinado organizado por
Seguridad Ciudadana de Trujillo y Licencias.
Una regular cantidad de mercadería y mobiliario instalados en las veredas y pistas de la avenida 8 de Octubre, por las inmediaciones del mercado La Hermelinda, ha sido decomisada por la Municipalidad Provincial de Trujillo durante un operativo inopinado llevado a cabo por la Gerencia de Seguridad Ciudadana y Defensa Civil y la Subgerencia de Licencias y Comercialización, con la participación de inspectores de transportes, en el marco del plan “Impacto 24”.
Los vendedores a los que se les ha
incautado la mercadería y el mobiliario, tienen tiendas comerciales y puestos,
pero insisten en invadir las veredas y pistas para vender sus productos, a
pesar de haber sido concienciados por el personal de la comuna provincial,
hasta en ocho oportunidades.
Andamios, cajones de madera, recipientes y
calaminas de plástico, letreros y paneles, cajas con bebidas y hasta teléfonos
públicos instalados sin autorización, han ido a parar al almacén de la
Subgerencia de Licencias y Comercialización del ayuntamiento de Trujillo.
Durante la operación edil, algunos
comerciantes han llegado a agredir al personal de control del comercio ambulatorio
de la Subgerencia de Licencias y Comercialización y agentes de Seguridad
Ciudadana de Trujillo, actitud que ha sido criticada por algunos compradores
que han tenido buenos comentarios por la medida, ya que ahora podían caminar
con seguridad por las veredas y no por la pista, como lo hacían antes.
El operativo ha contado con la
participación de fiscalizadores de la Subgerencia de Licencias y
Comercialización, de inspectores de la Subgerencia de Transportes y de agentes
ediles, comandados por el gerente de Seguridad Ciudadana y Defensa Civil de la
Municipalidad Provincial de Trujillo, David Figueroa Armas, y el subgerente de
Seguridad Ciudadana, Fernando Armas Mejía.
El despliegue municipal forma parte del
plan “Impacto 24”, que busca que los vendedores tomen conciencia del peligro al
que exponen a los compradores y a ellos mismos si no ponen en práctica las
condiciones mínimas de seguridad y salubridad en sus respectivos
establecimientos comerciales.
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