Ejemplar gesto solidario de policía de Seguridad Ciudadana de Trujillo
Un agente de seguridad ciudadana de Trujillo ha auxiliado anoche a un
hombre en extrema pobreza que había sido herido de gravedad en el rostro
durante un asalto, lo ha llevado al hospital, le ha comprado la medicina que
requería para ser atendido, ha gestionado con éxito la exoneración del pago por
el servicio médico prestado en el nosocomio y lo ha cuidado hasta esta mañana,
cuando la víctima ha emprendido el retorno a su tierra, Sinsicap.
Este gesto ha sido comentado y resaltado por Miguel Pardo Navarro, gerente
(e) de Seguridad Ciudadana y Defensa Civil de la Municipalidad Provincial de
Trujillo, quien al conocer el hecho ha felicitado al policía edil y destacado
su solidaridad y sensibilidad humana con el prójimo, a la vez que ha
manifestado que este es un ejemplo más de lo que son capaces los uniformados
para cumplir eficientemente con su labor de servicio a la sociedad.
El funcionario comentó que el miércoles, alrededor de las ocho y treinta
de la noche, entre la plazuela El Recreo y avenida España, el agente 158,
encargado de la supervisión del servicio de seguridad ciudadana en el turno de
noche, auxilió a Walter Antonio Vargas Orellana, de 24 años de edad, natural de
Sinsicap, quien había sido herido gravemente en el rostro por unos delincuentes
que lo asaltaron y golpearon con una piedra, molestos por no encontrarle
dinero.
De inmediato la víctima fue conducida al hospital Belén. Allí, en el
servicio de emergencia solicitaron medicina, material quirúrgico y el pago por
la atención médica. El agente no dudó en ir a una farmacia, ubicada frente al
nosocomio; con su dinero compró anestesia, agujas, hilo, gasa, alcohol,
pastillas para el dolor, entre otros, con los que fue asistido Vargas Orellana.
Mientras los médicos hacían su labor, el policía de seguridad ciudadana
de Trujillo gestionó la exoneración de los derechos que cobra el hospital por
los servicios prestados. María Elisa Tuesta Castillo, encargada del servicio de
Asistentado Social del centro asistencial, lo ayudó a conseguir su propósito.
Después estuvo pendiente del paciente toda la noche; al amanecer, lo
acompañó a recoger sus pocas pertenencias y a tomar el vehículo que lo llevó a
su tierra.
Vargas Orellana no tiene familia en Trujillo, vino hace poco de Sinsicap
para trabajar como estibador por las inmediaciones del mercado La Hermelinda,
lugar donde también se quedaba a dormir, debido a su precaria condición
económica.
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